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Un Malvinas farrago20: 30 19/02/2010, John Hughes, Argentina, comentario, comentario es libre, Islas Malvinas, el petróleo, el tutor, noticias, Reino Unido, Naciones Unidas, Guardian Unlimited

Argentina sigue siendo puesta en obtener el control de las islas -, pero saben que no se logrará por la guerra

La cuestión candente: ¿estamos regresando a un conflicto militar con la Argentina? Mi respuesta es inequívoca. No. Este es un muy diferentes-Argentina. Una democracia desde hace 27 años, se resistió a la crisis económica y social en 2001 y 2002, sin un pensamiento que se presta a un retorno a un gobierno militar. La sombra de la dictadura militar, siempre dominando la democracia argentina, ha sido eliminado.

En los 27 años desde que Raúl Alfonsín fue elegido presidente, todos los gobiernos han sostenido que las Islas Malvinas - o de las Islas Malvinas - son suyas por derecho, pero que van a ser "devueltos" únicamente por medios pacíficos. La prueba de ello es que no ha habido ninguna mejora significativa de la capacidad militar en la Argentina democrática. ¿Entonces por qué la reacción fuerte ahora a la perforación de petróleo en las Malvinas? Después de todo, no hubo perforación en la década de 1990 sin causar todo el alboroto que se ha suscitado en los últimos días.

La explicación es que los diferentes gobiernos democráticos pueden asignar diferentes prioridades y seguir diferentes tácticas en la búsqueda de la misma política. Desde 2003, en primer lugar el presidente Néstor Kirchner, y ahora la presidenta Cristina Kirchner han seguido un camino muy diferente de la presión de las tácticas del presidente Menem en la década de 1990. Han subido la retórica diplomática en la ONU, y que va a continuar. Ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana planteará la cuestión en los próximos días en la reunión del Grupo de Río de países latinoamericanos y, en su reunión con el secretario general de la ONU.

Todo ha aprovechado la ocasión para poner las islas en la agenda bilateral entre Argentina y Reino Unido. Visita al extranjero, Néstor Kirchner, la primera fue a Londres, donde trató sin éxito de Tony Blair de participar en una discusión de la soberanía. Durante los años de Kirchner se han producido numerosas protestas diplomáticas, con los sucesivos embajadores de Gran Bretaña en ser llamado para recibir las protestas de la Cancillería Argentina en Buenos Aires. Línea del ministerio, reiterado por el viceministro de Relaciones Exteriores hace unos días, es que las relaciones normales con el Reino Unido son difíciles sin reabrir las negociaciones sobre la soberanía de las islas.

Eso no es todo. Para llevar a cabo una política de presión de este gobierno, en efecto acabó la cooperación en materia de pesca con las Islas Malvinas y el Reino Unido. Y en 2007 denunció unilateralmente un acuerdo con el Reino Unido sobre la exploración de petróleo en un área distinta de la que ahora se iniciará la perforación.

En contraste con este telón de fondo los últimos movimientos no son bienvenidos, pero algún tipo de protesta no era totalmente inesperado. Uno tendría que ser un optimista muy grande para creer que la actitud del gobierno de Kirchner va a cambiar. El presidente y su marido no va a cambiar su mentalidad.

Incluso si hay un cambio de gobierno en 2011, la política de "Las Islas Malvinas son Argentinas" no va a cambiar. Si la prioridad asignada a la cuestión y las tácticas empleadas por un nuevo gobierno seguirá siendo el mismo es una pregunta muy abierta.

Mientras tanto, el gobierno británico y las Malvinas son correctas para hacer valer el derecho de los isleños a la libre determinación y el derecho a desarrollar sus propios recursos. Es lamentable que la exploración de petróleo no podría haber sido desarrollado en un contexto en que la colaboración mutua ya existía y fue reforzado por lo tanto, no se debilitó aún más. Para la colaboración y confianza mutua sin duda redundaría en beneficio de ambas partes en el Atlántico Sur.

Esta oleada se han recordado al gobierno argentino de compromiso bipartidista británico a las Malvinas. Puede haber dificultades más sobre la exploración petrolera, pero no habrá una guerra.

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